sábado, 21 de mayo de 2016

Review: House of Terror VR - Valerie's Revenge (Android, 2015)



El origen:

House of Terror es una pequeña aventura de terror desarrollada por los españoles Bloompix Studios en colaboración con Lakento con el fin de servir de promoción a sus gafas de realidad virtual, que no son sino unas Google Cardboard fabricadas con mejores materiales y con dos botones de control en la parte superior del visor.

Estos chavales comenzaron a desarrollar el juego sin ni tan siquiera poder ir probando los resultados al no contar con el equipo de visualización necesario. Y el resultado final, aunque dista de ser óptimo, no es ni mucho menos execrable.

El terror:

He de decir que House of Terror ha sido el primer videojuego de realidad virtual que he jugado en mi vida.
Y las primeras sensaciones fueron sencillamente acojonantes. Primero comencé con unas Cardboard y luego me pasé a las Samsung Gear VR para una mayor calidad y comodidad. Pero en cualquier caso, la experiencia ha sido bastante satisfactoria.

La sensación de inmersión me parece sencillamente excelente. No quiero ni imaginar cómo serán los juegos de Oculus y HTC Vive en PC si con un simple Smartphone y las Gear VR tenemos un resultado tan impresionante.

Y a la hora de crear terror en el jugador, la realidad virtual me parece un instrumento inigualable. El hecho de volver la cabeza para mirar por las esquinas, dar un giro de 180 grados para averiguar qué es eso que ha sonado a tu espalda, apariciones espectrales que parecen abalanzarse sobre ti... Y todas esas sensaciones con un juego de muy bajo presupuesto mas bien mediocre desarrollado para un móvil. ¡Qué ganas de seguir probando esta tecnología!

House of Terror, aparte de usar bien la tecnología con la que fue diseñado, nos ofrece elementos de terror psicológico heredados de Silent Hill, con el que también comparte elementos como la sucia ambientación y un apartado sonoro claramente inspirado en la obra de Akira Yamaoka. A su vez también tendremos que solucionar una serie de puzles muy sencillos que se basan en algo de investigación para encontrar llaves, esquivar ciertas trampas o apretar botones en una secuencia concreta. Algo ya visto en juegos como Penumbra o Amenia pero simplificado al máximo.

El resultado resulta jugablemente bastante ramplón y no destaca prácticamente en nada. Pero como neófito en la Realidad Virtual, la experiencia se ha compensado con creces gracias a la enorme inmersión que la misma proporciona. Eso sí, para disfrutar de este título yo recomendaría sí o sí un pad Bluetooth y unos buenos auriculares.

La sangre:

House of Terror VR no presenta prácticamente elementos truculentos, salvo algunas manchas de sangre que
encontramos en ciertos escenarios. Pero para nada se recrea en la casquería, por lo que los que busquéis gore mejor mirad en otro sitio.

El veredicto:

Este pequeño juego de los españoles Bloompix es un ejemplo de que en ocasiones la tecnología consigue compensar en parte los defectos jugables y de diseño que acarrea un título. Porque House of Terror VR es un survival horror en primera persona con elementos jugables estilo Frictional Games pero con una ambientación inspirada en Silent Hill que no destaca en nada salvo en la tremenda inmersión que proporciona la realidad virtual.

El final es abrupto, la historia totalmente improvisada, el sonido mediocre, los gráficos más bien del montón salvo las texturas y algún efecto de iluminación... Pero más de una vez botarás en la silla del sobresalto, tendrás miedo de doblar ciertas esquinas y en otras correrás como alma que lleva el diablo sin atreverte ni tan siquiera a mirar atrás.

Y sobre todo, me llevo la ilusión de saber que los aficionados al terror estamos de enhorabuena con la llegada de la realidad virtual ya que me parece un instrumento perfecto para expandir en términos de jugabilidad, ambientación e interacción nuestro género favorito.

Esperemos que no se quede en un mera curiosidad, y las compañías consiguen exprimir todo el potencial de esta ¿nueva? forma de encarar los videojuegos.


Mi nota: ***

Terror: ****

Gore: *

sábado, 7 de mayo de 2016

Review: Silent Hill (PSX, 1999)




El origen:

De acuerdo, todos sabemos que Silent Hill no fue ni mucho menos el primero. Antes llegaron Alone in the Dark, Resident Evil y otros títulos algo más secundarios.
 
Pero Silent Hill nos introdujo en un mundo de horror sin precedentes, convirtiéndose por derecho propio en el mejor simulador de pesadilla jamás creado. Los que tuvimos la suerte de poder jugarlo en nuestra PlayStation allá por el año 1999 jamás olvidaremos la sobrecogedora experiencia que supuso.
 
El director Keiichiro Toyama tuvo a bien recoger ciertas influencias literarias y sobre todo cinematográficas que le sentaron como un guante al producto. Para empezar supo plasmar ese ambiente surrealista y onírico que Adrian Lyne creó para la excelente película La Escalera de Jacob, obra que es un absoluto referente a lo largo de toda la saga, con escenas calcadas a la misma incluso en Homecoming, por poner un ejemplo.
 
Otras influencias son el libro de Dean Koontz Phantoms (y su respectiva película) de donde obtienen gran parte de la ambientación del pueblo de marras y la serie de televisión Twin Peaks. El propio Akira Yamaoka reconoce que la música que Angelo Badalamenti creó para esta obra de Daid Lynch supuso una gran influencia para su trabajo en Silent Hill.
 
Con toda esta amalgama de inspiración bien mezclada con grandes de dosis de terror al más puro estilo japonés, no podía salir sino una obra maestra. ¡Y así fue!

El terror:

Silent Hill es un título que como buen producto de terror sabe jugar sus cartas magistralmente. Keiichiro Toyama supo integrar perfectamente la genial banda sonora de Akira Yamaoka con unos efectos de sonido bestiales, que suponen más de la mitad de la experiencia. Caminar por una escuela abandonada a oscuras, atentos a cualquier sonido que pueda venir desde la oscuridad supuso un hito en la historia de los videojuegos.
 
Alone in the Dark se topó de bruces con las limitaciones técnicas propias de su época. Clock Tower
era más bien una experiencia tensa y nada más. Resident Evil se basaba más en el susto fácil y el agobio de enfrentarte a hordas de zombies (y puzles) con pocas garantías. Pero Silent Hill tiene otras aspiraciones a la hora de provocar miedo en el jugador. Y triunfa por goleada sobre todos los videojuegos previos en este aspecto.
 
A ello ayudan también unos gráficos que son bastante más potentes de lo que al principio uno puede suponer. La sempiterna niebla, que realmente esconde mucho menos de lo que aparenta (ahí reside una de las armas psicológicas más efectivas), se reserva un papel importantísimo en el juego. Al igual que el imponente trabajo en las texturas con el fin de recrear cierta dimensión paralela muy conocida para los aficionados a la saga.
 
La confusa y deslavazada historia (luego se supo que en parte fue todo premeditado) que nos cuenta el juego no hace sino acrecentar esa sensación de desasosiego e irrealidad, así como un tremendo miedo a lo desconocido.
 
El resultado final es una de las experiencias de terror más efectivas jamás creadas. Muy pocas películas y aún menos libros han conseguido acercarse a Silent Hill a la hora de provocar miedo. Adentrarse en esas calles neblinosas, esa escuela llena de llantos imposibles, ese hospital donde el personal es de todo menos amable... Sigue siendo una experiencia digna de ser vivida al menos una vez en tu vida.
 
La sangre:
 
Silent Hill no es un juego que se recree ni mucho menos en el gore. No es lo que pretende, y tampoco le hace excesiva falta. A la hora de abatir enemigos salpicarán algo de materia roja (o de otros colores que se pueden seleccionar en el menú de opciones) pero no hay que esperar el contenido de vísceras y desmembramientos presente en otros Survival Horror, sobre todo los más modernos.
 
Lo más desagradable del título, no obstante, nos viene en forma pasiva sobre todo con los decorados de esa dimensión de pesadilla que visitaremos a menudo, con multitud de detalles escabrosos como cuerpos abandonados en camillas tapados con sábanas ensangrentadas o clavados en la pared en actitud vigilante o directamente mutilados, como se puede observar en la imagen acompañante.
 
En ese aspecto nos encontraremos ciertas secciones donde la sangre y las vísceras se utilizan como un elemento decorativo más a la hora de crear terror, siendo la hemoglobina bastante efectiva en este caso. Pero lo dicho, Silent Hill no se recrea ni mucho menos en el splatter.
 
Y mención especial en cuanto a sangre merece la (ojo SPOILER) muerte de cierta enfermera que sin duda es el momento que más saciará vuestra sed.
 
El veredicto:
 
Silent Hill no ofrece el mejor apartado técnico, ni tampoco es demasiado largo, ni su historia tiene mucho sentido. Pero a la hora de crear terror todavía hay muy pocos que le puedan plantar cara.
 
Presenta una gran cantidad de momentos y puzles (como el archiconocido rompecabezas del piano) que forman ya parte de la cultura popular en los videojuegos y se lo ha ganado a pulso. Sencillamente las personas adecuadas se encontraron en el momento idóneo y gracias al apoyo de Konami supieron crear el Survival Horror definitivo.
 
Obra maestra indiscutible.
 
 
Mi nota: *****
 
Terror: *****
 
Gore: ***