lunes, 10 de octubre de 2016

Review: Outlast (PC, 2013)


El origen:
 
Desde que Outlast fue lanzado para PC en Septiembre de 2013, ha recibido no pocas críticas positivas. Tanto que hasta los aficionados a los juegos de terror llegamos a pensar que nos encontrábamos ante la salvación del género o ante la renovación del mismo.
 
¿Pero qué nos ofrece realmente la obra de Red Barrels a los que ya estamos algo más trillados en este género? A continuación lo sabrás.
 
El terror:
 
Outlast no es ni más ni menos que un cruza entre Amnesia y el genial Condemned, con influencias de otros cuantos. No se me ocurre otra forma de describirlo. De Amnesia recoge gran parte de los elementos de control, el hecho de no poder usar la violencia para defenderse y una narrativa parecida. De Condemned Red Barrels se inspiró claramente para crear esa ambientación malsana y esos ambientes plagados de peligrosos asesinos.
 
El problema es que Outlast se encuentra por debajo de ambos ya que no es capaz de ofrecer una historia tal solvente como Amnesia ni posee un sistema de juego tan divertido como el que propuso Monolith. Y lo que es peor... Asusta menos que ambos. La jugabilidad es de hecho bastante plana y una vez que acabamos el primer capítulo ya no veremos demasiada evolución en este aspecto. El resto del juego es prácticamente igual y repetitivo hasta la saciedad, lo cual resta gran parte de tensión y de terror a todo el conjunto. No supone ningún reto jugable y además alberga pocas sorpresas.
 
Una vez nos enfrentamos al primer psicópata ya sabemos más o menos todo lo que nos espera. Esconderse, buscar un interruptor, avanzar... Esconderse, buscar una palanca, avanzar... No se le puede buscar mucho más al juego. En ocasiones hay algún que otro sobresalto y algún pequeño cambio, pero nada realmente reseñable. Para mí Outlast ha sido una auténtica decepción en el aspecto terrorífico.
 
El uso de la cámara es un buen elemento, así como los buenos efectos sonoros, pero el poco reto que supone y lo repetitivo que resulta lo echa casi todo por tierra. No es que sea un desastre, ya que el juego se deja jugar cómodamente y posee un buen control, pero ese terror psicológico que se prometía brilla por su ausencia. Cualquier Silent Hill, incluso las entregas más flojitas, superan con creces a este Outlast en cuanto a horror.
 
La sangre:
 
El gore de Outlast se basa sobre todo en los escenarios. Desgraciadamente, el juego posee poco splatter activo. Hay alguna que otra muerte, pero la casquería nos vienen sobre todo en forma de cadáveres esparcidos por el escenario, cuerpos mutilados, vísceras esparcidas y lindezas por el estilo. Al no haber ningún tipo de sistema de lucha no nos encontramos ningún tipo de ataque a enemigos, por lo que no hay posibilidad de disfrutar activamente de ese salvajismo que la ambientación ofrece.
 
Pese a todo el juego posee alguna que otra escena bastante subida de tono en cuanto a violencia, que dejan cierta huella en el jugador. No está nada mal, y hace subir al juego unos cuantos enteros.
 
Lo que falta en terror se intenta compensar en casquería y violencia... Pero por supuesto se consigue sólo a medias. En ese aspecto Outlast me ha recordado al cine slasher, cuya incapacidad de provocar auténtico miedo se sustituye por vísceras y sangre sin demasiado fundamento.
 
El veredicto:
 
Que quede claro que Outlast no es un mal juego. De hecho presenta un buen apartado técnico basado en el Unreal Engine 3, algún que otro sobresalto y mucha casquería fina. Pero para los que llevamos ya unos cuantos juegos de terror a nuestras espaldas sin duda nos sabrá a poco.
 
Falta profundidad jugable, no es capaz de acongojar realmente al jugador y no posee suficiente variedad en sus mecánicas para situarse entre los grandes.
 
En cualquier caso, si todavía lo tienes pendiente le puedes echar un tiempo. No creo que te arrepientas, aunque si eres aficionado al género te aconsejo que no te esperes tanto como las críticas prometían. Así evitarás una decepción.
 
 
Mi nota: ***
 
Terror: ***
 
Gore: ***

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